Que quemen las puertas

En el comedor de mi habitáculo puede leerse un cuadro con el título "Profundizando La Acción Revolucionaria de la Mujer", tiene el perfil de una mujer morena y data del año 1974, suena raro pero desde que llegó a esta casa cuando tengo dudas éticas me gusta observarle y pensar de dónde viene; acepto que yo, sin duda, jamás seré una revolucionaria como ella, me gusta demasiado la abstracción, pero también me gusta creer que por lo menos llegaré a ser una persona viva, despierta, que se da cuenta...

Ayer fue un día de mucho pensar, las marchas, la puerta de Palacio Nacional en llamas, ¿y qué? una parte de mi tuvo miedo (supongo que es a lo que uno lo han acostumbrado después de 30 años en este país) por lo que podría venir si desatamos una revuelta real, si cae el régimen priísta y la gente se vuelca en las calles ¿qué nos espera? muertos, militares, perseguidos, presos políticos, la entrada probable de los extranjeros a "poner orden", reflexioné.

A punta de discusión con Romo, que para mí es una persona demasiado radical, se intercambiaron posturas sobre los hechos en las que él mantenía que por algún lado se debía empezar. Por la noche, en el silencio llegué a la conclusión personal de que no importa tanto el por qué inicia el cambio en un país o incluso cómo, recordé a las mujeres rusas que iniciaron la revolución hace muchos años ya; si un México que siempre me pareció apático logra organizarse por cualquier cosa, por qué seré yo un dedo que deslegitime ese proceso. Aún si nuestro país es como un adolescente que no tiene un rumbo fijo y se dará con pared, o si eso implica que nos encontremos con un panorama incierto, y que seguro no será un lecho de rosas, ¿cómo no apoyar el hartazgo y la necesidad de un cambio, un respiro, sea el que sea? Que quemen las puertas.

Denise Dresser lo dice mejor que yo en este video corto (http://goo.gl/grw1nk), ¿tomará mucho tiempo cambiar? sí, ¿será difícil? sí, pero si no empezamos ahora entonces cuándo...