martes, 23 de diciembre de 2014

Muriendo Dulcemente

Leyendo un artículo sobre la epidemia de obesidad en México, la soberanía alimentaria y cómo perdimos todo gracias al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, #TLCAN o #NAFTA, en The New Enquiry, me di cuenta de un valioso detalle, mientras todos estamos muy ocupados pensando en un millón de cosas que le duelen a nuestro país, temiendo morir en las calles por hablar sobre política o narcotráfico, por un robo de celular, y demás preocupaciones sobre nuestra seguridad del día a día, la enorme máquina del colorido y libre capitalismo tiene otros planes para nosotros.

Contrario a lo que pudiéramos creer, no es la violencia, ni las agresiones, ni el feminicidio, ni el cáncer lo que está matando a las mexicanas y mexicanos, es la diabetes, primera causa de muerte en el territorio nacional según la data del INEGI


Como bien menciona Willie Osterweil en su ensayo, la obesidad en sí misma no es el principal problema, sino que es sólo una de las cosas que se ha utilizado para continuar con un ciclo de dominación que le conviene a la economía en la que vivimos.

El ciclo: en primer lugar, se invita a la población general al sobreconsumo, comida rápida, congelada, enlatada, a la mano, haciendo popular y barato el comer chatarra; vender más, producir más, ganar más, se dice la empresa, que causa este incremento natural en los kilitos de las clases populares en México; en segundo lugar, los medios ayudan a exportar el mito de la belleza única, donde ser gordo es la peor de las blasfemias, una falta de educación, de autocontrol, de salud, y no como es en realidad en estos días, generalmente una simple falta de dinero y tiempo, un asunto generalmente de clase. Para terminar, el bombardeo de estos estándares de belleza nos vuelve contra nuestros propios cuerpos, buscando a toda costa la forma de perder ese peso de más y convertirnos en modelos de revista, como dicta la moda, ayudados claro por lo que una vez más se tiene cerca, polvos, cremas, cápsulas, para volver a la salud. Negocio redondo.

Si eso no es suficiente, y tienes la mala suerte de que tu cuerpo se vuelva contra ti de forma orgánica y deje finalmente de producir suficiente insulina, encontraras otra industria, la farmacéutica. Como decía, negocio redondo. 

Ayotzinapa, las próximas campañas políticas en varios estados, las marchas, Peña Nieto, la navidad, ¡los queremos vivos! gritamos al unísono, mientras tanto hay una falta de regulación desde hace años que nos destruye silenciosamente, unos otros que nos matan dulcemente.

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